
Anoche me acordé mucho de mi abuelo Juan.
De cuando era pequeña y venía a visitarnos desde Málaga, nos traía una caja de huesitos y una bolsa de caramelos de anís.
Y nos llevaba de paseo a la glorieta, a darle de comer a las palomas.
Una alegría.
Y un sabio también.
Me acordé de él mientras me comía un tomate, de los pequeñitos y dulces y es que él ,como sabio que era, solía decir:
"Que culpa tiene el tomate,
que está tranquilo en su mata,
que venga un hombre, lo coja,
y lo meta en una lata..."
En fin....Un beso